jueves, 16 de mayo de 2013

Alma y Vino




Noche oscura. 
De nubes grises 
estaba el cielo vacío
buscando el olvido. 
Estando solo en casa, 
con una copa de vino, 
me hice una pregunta, 
de esas sin sentido 
que a veces me hago 
para saber si sigo vivo.

Surgió de la nada. 
Es despedazada 
la frágil calma 
por una tormenta 
desencadenada: 
"¿Es que no tienes alma?"

En voz alta, 
con la voz grave 
del que sabe 
que no habrá réplica
ni duda razonable. 
Que la clave 
está en abrir los sentidos, 
sin malentendidos, 
pues aunque hable solo 
no hay nadie aquí conmigo.

"Escucha atentamente, 
amigo mío,
abre tu corazón cohibido 
y te diré algo sobre el alma,
algo que nunca has oído." 

"No por sentir que estoy vivo 
tengo derecho a nada, 
a nada que no haya sufrido." 

"No por haber nacido 
es mi alma un regalo 
gratuitamente recibido." 

"A ella he de renunciar, 
pues si me he creído 
que la mía es la buena
más vale pegarme un tiro." 

"Mi alma es,
y no puede ser, 
algo que me han dicho
que hay que tener. 
Conocimiento relativo, 
pues no hay lecciones 
si mis emociones 
no las han producido." 

"Es ella una farsa,
una ilusión que va conmigo.
De la mano me ha cogido, 
a mi piel se ha cosido. 
Nada de lo que haga 
podrá deshilacharla 
de mi rutinario destino." 

"He de abandonarla, 
sin remilgos. 
Deshacerme de ella, 
darle vacaciones,
sin poemas
ni canciones."

"Hasta que no esté seguro, 
sinceramente convencido  
de que de ella 
me he desprendido, 
hasta que no llore 
por haberla perdido, 
nunca podré 
comenzar el camino. 
He de despertar, 
he estado dormido, 
llevo toda una vida  
soñando con el ombligo." 

"No es tan sencillo. 
He de ser testigo
de mi propia lección, 
en mi propio desengaño 
llegar hasta el hastío. 
Buscar la verdad 
entre el gentío 
hasta que por mi mismo
la haya aprendido."

"Nadie tiene la solución, 
ni la correcta ni la opuesta, 
pero para ganar algo  
he de subir la apuesta. 
No me importa adonde voy, 
la búsqueda es la respuesta. 
No tengo ninguna prisa, 
pues sumar rápido sólo resta. 
Tal vez llegue en otra vida 
si al final no llego en ésta." 


lunes, 6 de mayo de 2013

Éramos Seis






Éramos seis,
de seis quedamos cinco.
El que se fue,
antes de irse,
dejó un vacío
en un rincón,
las ganas
en un cajón
y bien cortado
el limón.

Así que teníamos
ganas de hablar,
tabaco,
varios mecheros
que al final de la noche
cambiaron de dueño,
cinco vasos,
hielo,
rodajas de limón,
refresco de cola
y ron. 

En el escenario 
verdades como puños,
mentiras como encinas.
Saltos al pasado
pasando por encima
de recuerdos,
ideas,
principios
y las ramas caídas 
del árbol de la vida,
de las que no brota savia,
sólo pegajosa resina.
Sus hojas en movimiento 
mecidas por el viento 
del desconocimiento 
en señal de duelo.
En su atrevimiento, 
erguidas, 
huyen del suelo.

Hablar por hablar.
Ideas gastadas,
repetidas 
hasta el hastío, 
se hicieron fuertes 
en el neocórtex 
tomando como rehenes 
a los sueños, 
la imaginación, 
la creatividad 
y la opinión. 

Avanzando
por la ciénaga
de la corrección,
las expectativas,
la educación,
los imposibles
y la razón
toca al final
decidir
si voy o no
a hacer leña 
de los brazos caídos
a manos 
de la desesperación. 

Ninguno de nosotros 
salió a salvo, 
vivo, 
ni sobrio 
del licor 
de alta graduación
obtenido
de la fermentación
de las palabras agrias
de aquella conversación.