Son números
los episodios,
los caminos,
los cariacontecidos asuntos,
las situaciones,
las aventuras,
los resbalones,
las cimas conquistadas,
los sabores probados,
las promesas robadas.
Son números sólo
las veces que dijiste que no,
las que dije que sí yo,
las que te saqué las uñas,
las que me causaron temblor.
Sólo son números
las lágrimas que hablan solas,
la noches que pasé con ellas
conversando sobre la vida,
los desprecios,
las ideas muertas,
las intencionadas penas,
sin aparente esfuerzo
por intentar entender
a ninguna de ellas.
Sólo números son
los paseos nocturnos,
las crisis de identidad,
los romances de ebriedad,
los amigos perdidos,
la recién alumbrada amistad.
Sólo son números
los días que necesito para contarte
los pecados que tuve que cometer
para que el personaje que tienes delante
sea yo mismo en mi amanecer,
fluyendo despacio,
sin pausa,
hacia un naranja atardecer.
Son números únicamente
los destellos que he visto
en terceros por amor.
Números a fin de cuentas
que se suman entre ellos
en una sola ecuación:
despejando las incógnitas
el resultado final soy yo.