Noche oscura.
De nubes grises
estaba el cielo vacío
buscando el olvido.
Estando solo en casa,
con una copa de vino,
me hice una pregunta,
de esas sin sentido
que a veces me hago
para saber si sigo vivo.
Surgió de la nada.
Es despedazada
la frágil calma
por una tormenta
desencadenada:
"¿Es que no tienes alma?"
En voz alta,
con la voz grave
del que sabe
que no habrá réplica
ni duda razonable.
Que la clave
está en abrir los sentidos,
sin malentendidos,
pues aunque hable solo
no hay nadie aquí conmigo.
"Escucha atentamente,
amigo mío,
abre tu corazón cohibido
y te diré algo sobre el alma,
algo que nunca has oído."
"No por sentir que estoy vivo
tengo derecho a nada,
a nada que no haya sufrido."
"No por haber nacido
es mi alma un regalo
gratuitamente recibido."
"A ella he de renunciar,
pues si me he creído
que la mía es la buena
más vale pegarme un tiro."
"Mi alma es,
y no puede ser,
algo que me han dicho
que hay que tener.
Conocimiento relativo,
pues no hay lecciones
si mis emociones
no las han producido."
"Es ella una farsa,
una ilusión que va conmigo.
De la mano me ha cogido,
a mi piel se ha cosido.
Nada de lo que haga
podrá deshilacharla
de mi rutinario destino."
"He de abandonarla,
sin remilgos.
Deshacerme de ella,
darle vacaciones,
sin poemas
ni canciones."
"Hasta que no esté seguro,
sinceramente convencido
de que de ella
me he desprendido,
hasta que no llore
por haberla perdido,
nunca podré
comenzar el camino.
He de despertar,
he estado dormido,
llevo toda una vida
soñando con el ombligo."
"No es tan sencillo.
He de ser testigo
de mi propia lección,
en mi propio desengaño
llegar hasta el hastío.
Buscar la verdad
entre el gentío
hasta que por mi mismo
la haya aprendido."
"Nadie tiene la solución,
ni la correcta ni la opuesta,
pero para ganar algo
he de subir la apuesta.
No me importa adonde voy,
la búsqueda es la respuesta.
No tengo ninguna prisa,
pues sumar rápido sólo resta.
Tal vez llegue en otra vida
si al final no llego en ésta."