De no pensar nada
pasé a pensar en todo.
De ese todo,
más de la mitad era paja.
De esa paja,
más de dos tercios era falso.
De lo falso,
casi tres cuartos era verdadero.
De la verdad
sólo me puedo fiar si tengo dudas.
Pero la duda no tiene madre,
ni padre,
ni padre,
sólo hijos e hijas.
No obtuve respuestas
de conversar con ellos.
Sus palabras sólo me llevaron
a otro mar de preguntas.
Esta vez,
en vez de navegarlas,
las maquillé
para que no parecieran
tan confusas.
tan confusas.
Y en la confusión
me quedé parado.
me quedé parado.
Parándome llegué al centro
desde donde todo se ve
con un filtro menos negro.
Y es desde ahí es desde donde
las cosas tienen un comienzo.
Un comienzo desde la nada
hacia algún sitio incierto.
Porque hoy,
lo que de verdad tiene importancia,
no es llegar a buen puerto,
si no la certeza de que si me amas
es eso con lo que soñaré
justo un instante antes
de saber que estoy muerto.
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