Podría parecer que sí,
pero no,
es que no.
Ni yo soy lo que crees,
creer por creer,
ni tú lo que creo yo.
No somos piezas del mismo puzzle,
ni con ganas,
ni son iguales nuestras nubes
aunque la lluvia nos caiga igual
dejando los mismos
(los mismos!!!!)
trozos de papel mojado
entrecruzados y superpuestos
secándose en el páramo.
No doblamos el alma igual,
ni nos desdoblamos.
No somos esclavos de las palabras,
ni amos.
No nos persiguen los mismos fantasmas,
espíritus en lucha, rabiosos,
intentando en cada despiste
tirarnos del caballo.
No tenemos los mismos arranques,
motores rugiendo,
cada uno a su ritmo,
ligeramente a destiempo.
La música nos toca fibras,
algunas cerca del abismo,
aunque suenen parecidas,
ninguna quiere decir lo mismo.
No cruzaríamos las vías
por el mismo sitio;
ni siquiera lo haríamos
por el mismo motivo.
Pero qué gran idea conocernos,
porque tal vez así mis agujeros
en el suelo,
en la cabeza,
en las manos,
en el tiempo,
se acaben tapando con la arena
que cae de tu sombrero.
Y en los días de invierno
el calor de mi cuerpo
te quite el frío
que acecha a tus huesos.
Quizá mañana nos demos cuenta
que las diferencias no importan:
sólo importan nuestros besos.
no esta mal !
ResponderEliminarhermoso
ResponderEliminar