lunes, 6 de febrero de 2012

Des-Varíos Varios (y II)


Trifulcas, ensordecedores silencios.
Reivindicaciones, ahora ya si eso.
Estornudo, gestión de las emociones. 
Presentaciones, me escupiría en la mano.

Caminando hacia mi casa
te recuerdo llorar tímidamente
porque me dió por llevarte
por la ruta más complicada,
recorriendo de punta a punta
la calle de la amargura.

Cerebro, carcoma campando a sus anchas.
Griterío, me pasé con el picante.
Transeúntes, con derecho a roce.
Despropósitos, alicatados hasta el techo.

Haciendo café para dos,
recién levantado caliento la leche. 
Consciente de que me voy a tomar el tuyo,
me entran ganas de desayunar
unas fresas con cava
por celebrar que prefiero dormir conmigo
antes que con la versión dos punto cero
de tu indiferencia recién actualizada.

Esperanza, se cayó de bruces.
Enamoramiento, prohibida la venta ambulante.
Centrifugado, recuerdos de parte de tu ex.
Comprensión, ahora viene en cubitos.

Todo era más bonito en tu mente
que en el jardín botánico en marzo
porque no había quien te regara
con aquellas heladas de invierno.
Soy más partidario de las fantasías:
me pongo los guantes, salgo corriendo,
salto vallas, tropiezo con obstáculos,
toco en la realidad y vuelvo.

Decoración, actriz principal.
Reflexiones, precio según mercado.
Escarmiento, cada uno con el suyo.
Compañerismo, al mejor postor.

Ni tú ni yo somos de cumplimentar
formularios de consuelo de cumplidos
para los que dicen ser nuestros amigos
y que en cuanto llueve corren despavoridos.
Ni tú ni yo somos de imaginar dramas
porque bastante tuvimos ya:
yo, reiniciándome por ciencia difusa;
tú, con tu espontáneo desfibrilar.

Estoicos, mordiéndose las uñas.
Promesas, cartas de reclamación.
Desinterés, el móvil del crimen.
Prepotencia, ocho cilíndros en V.

No es que estos días haga mucho frío,
es que toda la población ha decidido,
al mismo tiempo,
comer caramelos de eucalipto,
y soplar en dirección a tu oído.
No es que haya crisis social,
es que Dios está aburrido
de oír como nos quejamos
y ha decidido destruírnos.

Favores, no pagan el alquiler.
Sinceridad, pies para qué os quiero.
Amistad, espermicida en supositorios.
Deseo, peligrosas intenciones ocultas.

No es que se hayan perdido los valores,
es que nadie hace la cola de la ilusión
y se han pasado,
por este orden,
a la cola del desamor,
a la del odio,
a la del miedo
y a la de la desesperación.
Y para terminar de procesar 
todas estas informaciones
se pretende que interpretemos 
el libro de las revelaciones.

Huída, trending topic.
Petulancia, me gustan tus calcetines.
Excomunión, manda tu curriculum. 
Auxilio, enseguida estoy contigo.

Si mezclamos el olvido, la desidia,
la dentera, el egoísmo, el mal vino,
la cobardía generalizada, la avaricia,
la incongruencia y la falta de principios,
cómo no vamos a llegar al final
a este lugar en medio de la nada
donde no nos queda más opción
que aniquilarnos por simple desgana?

Presencia, polvareda de estampida.
Ambición, se entregó a las autoridades. 
Barbitúricos, hola, qué tal?
Fósiles, pelos tuyos en mi almohada.

Que gracioso te pones
cuando te sientes ofendido:
parece que te haya picado una avispa
y en vez de veneno te haya inoculado,
directa al torrente sanguíneo,
una dosis de vergüenza y orgullo
que te quita todo el maquillaje
mostrándote tal y como te han parido.

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