martes, 24 de diciembre de 2013

Fechas Señaladas



Fechas señaladas, 
sí,  
por el dedo de la náusea. 
Tradición 
en paños menores 
untada de grasa 
con un pincel 
de cerdas falsas; 
Esa grasa 
que rezuma 
rebosando
fuentes altas 
es la que sobra 
sobre mi mesa 
mientras en otras 
se echa en falta. 

Y celebramos, 
por inercia, 
por indiferencia, 
mirando hacia delante 
con las bridas puestas 
la soga al cuello 
y la razón distante. 
Es imperativo 
ser felices, 
pues la envidia 
de no serlo 
y ver las sonrisas 
de gominola y fieltro 
que van cosidas 
a las conciencias del resto 
nos convierte 
en poco menos 
que parias sociales, 
enemigos de lo nuestro. 

Luces que brillan, 
hordas por las calles. 
El frío no apaga 
los deseos clandestinos 
de que todo acabe 
cuanto antes 
pues la mentira 
es tan grande 
que si durase 
una semana más 
habría que pensar 
en suicidarse. 

Precioso, 
entrañable. 
Son los mejores deseos 
expectativas mortales 
y se brinda 
por la humanidad 
aunque las personas 
se desangren. 
Todo marcha 
sobre ruedas, 
en el horno 
cuecen aves. 
Época de dar las gracias 
de no creernos culpables. 
Y casi cuela, 
casi caemos en trance,
excepto por un detalle: 
nos sudan las manos, 
nos aprieta el traje 
porque en el fondo ésto 
no se lo puede creer nadie. 


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