sábado, 23 de abril de 2011

a veces

a veces se me olvida.

en un mar de dudas, todos los vientos soplan en la misma dirección y aún así la embarcación es ingobernable. incapaz de ver ninguna orilla desde aquí, un puerto donde refugiarse, una luz que guie o una señal de las estrellas. sin embargo avanzo. a dónde, solo las masas de aire lo saben, pues es su capricho y no el mío. tan solo me limito a seguir sus directrices tratando de no zozobrar.

a veces no soy capaz de recordar.

perdí los mapas hace ya mucho y a mi brújula le ha dado demasiado el sol. demasiado tiempo a la intemperie, demasiado tiempo al descubierto. la sensación de estar perdido aquí, en medio de la nada, es tan real que me acostumbré y, sin embargo, se me hace extraño, pues una vez tuve claro cual era el camino.

a veces me miro y no me reconozco.

una vez que esos vientos gobiernen mi embarcacion, para siempre ya dominarán mi destino. es tan fácil que asusta, es tan sencillo que desespera. solo los pensamientos, podridos de tanto airearlos, me distraen de ti. solo el horizonte y las olas, unicos pero fieles compañeros de viaje, me hacen difuminarte del alma. ya solo veo el mar. ya solo veo una curva en torno a mi. siempre distinta, lo suficiente como para distraerme.

a veces estoy tan distraído que no veo llegar la tormenta.

cayó así, sin más. me cogió desprevenido y confiado. me dio de lleno sin esperar el golpe. al tener la mente vacía, sin nada mas aparte de mí, no ví que había más cosas que vendrían a mi encuentro. y cuando llegaron no las entendí bien. se me escaparon. y sin saberlo hice de su desgracia la mía. y sin quererlo arrasé con todo a mi alrededor. y sin pensarlo ahonde en su miseria sin piedad conocida.

y entonces ví mi obra, ví lo gris que era.

me agitó. me mordió, me hizo sangre. mirarla de frente, darme cuenta de lo triste que era, me hizo desear la muerte, el castigo. soy culpable y, aun asi, no quiero tener esa responsabilidad. pero es mía, he sido yo. el daño esta hecho, quien sabe como de grande ha sido en realidad. lo único que puedo hacer ahora es regodearme en la culpabilidad y seguir dejando esta estela blanca tras de mí que marca por donde he pasado. y no olvidar. no olvidar quien soy. que soy.

a veces solo puedo seguir. seguir adelante.

las reparaciones llevarán tiempo, seguro. poco a poco iré tomando conciencia. pero el mar es tan infinito que es capaz de sacarme de este mundo y llevarme al mío, donde no hay nada más que yo, donde nada importa excepto tú, donde no hay sitio para ellos y donde puedo justificar todos mis actos.

a veces intento no olvidar, de vez en cuando lo consigo.

avergonzado y triste, consciente y a la vez deshauciado. las sensacions golpean el casco de esta barca, colándose por las rendijas de la pez ya desprendida. y tan sólo el consuelo de que aunque no se a donde lleva, hay un camino invisible enfrente de mí. un camino que sortea mis sueños adrede. un camino que tan sólo me deja rozarlos. un camino que durará toda la vida. un camino que tengo que recorrer. y lo tengo que recorrer yo solo.


a veces simplemente me quedo dormido. a veces. es un don.

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