sábado, 22 de octubre de 2011

57 Idiosincrasias




Enamorarse compensa siempre. 

Los juegos nunca son de azar.
Buscar no garantiza encontrar, pero ayuda.
Las cosas que nos rodean podrían no estar donde deberían.
Los días son para recordar y las noches para soñar.
Los defectos son necesarios pero las virtudes hay que ganarlas.
Los talentos son innatos, sólo hay que encontrar los nuestros. 
El miedo es un poderoso motor, pero el amor lo es más.
Comerse los mocos está mal visto; también lo está la soledad. 

Cuando hay luna llena pasan cosas.

Una puerta cerrada siempre abre una ventana.
Demasiado dulce empalaga.
Vencer los miedos es un placer supremo.
Hay promesas hechas que no se van a cumplir nunca.
Madrugar debería estar prohibido por ley.
El fútbol es un circo romano moderno.
Todos somos culpables de tener el planeta enfermo.
Sabes que sigues amando cuando echas de menos.

Toda situación es susceptible de empeorar.
Decir que no se puede hacer nada nos impide hacerlo.
El único lujo que no nos podemos permitir es perder el tiempo.
Los pecados no se lavan, se aceptan.
Tropezamos con la misma piedra adrede.
Estar asustado a veces es inevitable, pero no sirve de nada.
Todo el mundo tiene algo que decir. 
Besar el suelo por el que pisa alguien no es amor, es una enfermedad. 
Hacer chantaje emocional es una bajeza.

Nos cuesta más pedir permiso que pedir perdón.

Muchas palabras se las lleva el viento, pero algunas no.
Las herramientas son para usarlas sin miedo.
El orgullo es el rival a batir.
Las resacas van a peor con los años.
Vomitar es asqueroso, pero a veces necesario. 
La autocrítica es señal de inteligencia. 
Hay que estar loco para hablar solo, pero la locura está generalizada. 
Los perros te tratan como a su amo, los gatos como a un igual.

Esperar que los demás hagan lo que nosotros queremos es estúpido.

Los platos rotos no tiene por qué pagarlos nadie, pero siempre alguien pasa por caja.
La peor situación posible es tener frío, hambre y sueño, todo a la vez.
El perdón no es concedido a la primera, a veces no llega nunca.
Por qué pasan las cosas no es la pregunta, sino para qué.
La mayoría de las enfermedades son psicosomáticas.
Identificar y asumir las frustraciones es difícil, pero se aprende.
El alcohol es como la hipnosis: no se hace nada bajo sus efectos que no se haría sobrio.
El inconsciente decide, la razón sólo justifica la decisión.
Todo es susceptible de cambiar, incluso las personas.

Sí elegimos de quien nos enamoramos,
pero el amor no es siempre suficiente.
Todo seguirá cuando ya no estemos.
En las ferreterías no venden clavos para apuntalar la sociedad.
Bajo la cama no hay monstruos, sólo pelusas sin limpiar.
En el primer mundo se vive bien porque en el tercero se vive mal.
Caminamos haciendo la vista gorda ante innumerables crímenes cotidianos.
Los principios y los precios de las personas se miden en la misma unidad de medida.
No podemos cambiarlo todo, pero podemos empezar por cambiar nosotros.
 
Todo el mundo hace lo que quiere, no lo que puede.
 

Y todo lo anterior es discutible por definición. 
 

 

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