miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ideales Mortales





Siempre los ideales altos, 
la camisa planchada. 
Mirada de dudar poco, 
confianza prefabricada. 

Los nervios en un manojo 
atados con rama de olivo 
le hicieron guardar sin querer 
el dolor en un bolsillo. 
Un dolor metálico, 
tintineaba con las monedas. 
Se equivocó al dar el cambio, 
entregó sus lágrimas secas. 

Dos de cada tres veces 
que acierta a salir de casa 
tropieza con el mismo escalón 
que está manchado de grasa. 
Habiendo pensado en limpiarlo 
al final siempre se olvida: 
no hay espacio en su cabeza 
para las mundanales rutinas. 

Sin aparente miedo a nada, 
sin delitos ni faltas, 
siempre mirando al horizonte 
con la cabeza bien alta. 
Gustándose en frases hechas 
al dictado de la desidia: 
desesperanza disfrazada 
de una ácida ironía. 

Todo por mantener cerrada 
la boca de la certeza, 
lanzándole trastos viejos 
contra su propia cabeza. 

Se cayó de la cama 
una noche de Marzo. 
Un dolor desde el pecho 
hormigueaba por el brazo. 
Arrancando el dosel, 
aferrándose a vivir 
a una vida dedicada 
a simplemente huir. 

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